Dos manos inquietas intentan encontrar los huecos entre otras manos. La piel arrugada contacta con la piel seca. El agua, que espera, que espesa y hace palpable la conexión sin contacto. La isla suena, resuena y se transforma en vocablo. Ninguna mano es una isla es una apología del tacto. Una performance sobre las potencialidades de lo háptico. Un concierto que acontece cuando las manos se estrechan y se presionan con fuerza. Una palpitación de la sangre en la yema de los dedos. Una conducción de lo sonoro a través de lo húmedo y mojado.
Laura Llaneli y Julián Pacomio
Premiere: 12/12/2020. Il Salotto, Blueproject Foundation.